25 de diciembre de 2013

A mi jefa le encontraron un hombre en el cerebro
el perfecto ermitaño en masa blanca, sentado
en diez segundos de glaciar fundiente
con piernas cruzadas a sus
anchas como un elefante
sedado. Un tipo tan pequeño
-según el neurólogo-
que ocupaba un único país
del intelecto. Su soledad enfermiza le hacía
reclamar cosas imposibles: gatos hormonados como de telefilme
viejas pinturas costumbristas
ciudades satélite,
presencias.
En los momentos de mayor desesperanza
cogía un pico y una pala y cercenaba trocitos de cerebro.
Entonces los doctores ataban a mi jefa
para evitar destrozos
e inoculaban sustancias creativas junto a las
cervicales.
Del otro lado del cráneo un señor con bata blanca aparecía de golpe,
abrazaba al ermitaño, le decía:
- Jerónimo no estás solo, mira la pradera infinita
otros duermen allí seguramente, como los perros haciéndose los
muertos. Él enseguida reaccionaba
manso, cumpliendo paso a paso
las líneas de
prospecto.
Aceptaba los brazos de ese hombre
dejaba caer el pico y la pala, le
miraba de frente y le decía:
- Doctor, ¿por qué nadie duerme entonces haciendo el
vivo?
15 de diciembre de 2013
Poem: Guillermo Reparaz
BIG MAGAZINE 36 & Javier Vallhonrat
2002
7 de diciembre de 2013
Un instante
después (quizá otro
día o
semana) Valentín explicó
que Dios ejecutaba el truco de la
caja. Elegía
a alguien del público
te asaltaba en la calle
en la cama en las
duchas de la piscina
pública
caía sobre ti
tu
acompañante el centenar de
sumisos tumbados
en cabina
con
antifaz
Samsonite & tomate en la
solapa. Dios te
elegía
y entrabas
en la caja
sin otro pensamiento
que el de
agachar la frente
el morro de los
coches sus
babas de metal hacia el
abismo.
Al otro
lado Dios
estornudaba
inocente
una china con camiseta de los
Stones contenía la respiración en su nariz de
pelos,
el Señor D.
cerraba la caja
volteándola aprisa &
pronunciaba
vocablos en arameo
avanzado.
luego
el silencio posterior, la mano
inocente abriendo la
caja los
aplausos,
el niño, todos
incrédulos esperan
a que vuelvas
a más tardar después del corte publicitario
reparten bocadillos
“regresen a su
asiento”
el
verdadero milagro
ha de producirse
ahora o nunca.
Valentín diría que Dios era tan solo otro hombre embrutecido
con los ojos cada vez más
hinchados
pestañas en la
caja no
apareces.