1 de noviembre de 2016
Me escribió preguntándome qué tal estás, “quiero hundirme muy hondo/ hasta lo oscuro”, dije, bebió agua en mi salón, sin música, había lavado el vaso previamente para borrar su tacto a grasa, sus pezones eran pequeñas cantimploras, estrujé sus brazos y ella boqueó hacia el edificio de Plaza de España, su cuerpo se hinchó de venas y se mantuvo en apnea demasiado tiempo. La historia había cambiado, lloró de un solo ojo, parecía que iba a morirse pero no se murió.