Alguien podría haber dibujado esas gotas como simples rayas -trazos-, y la gente las hubiera visto igual, girando sobre sí mismas -rotando-, se deslizan impactando las unas con las otras hasta el suelo final. Si nos soltaran a todos desde el cielo chocaríamos los unos con los otros antes de estrellarnos. Unos más ligeros. Otros más cortos. La tormenta se ha calmado, nos quitan la ropa y nos colocan en hileras hasta la eternidad. Estoy desnudo sobre la cama con la única luz de esta pantalla. A pesar de la lluvia hace demasiado calor para dormir. Si abriera más las ventanas habría que ponerse guantes de jardinero para buscarme entre los cristales. Al límite. Estoy desnudo sobre la cama y hoy querría ser una superficie lisa, cualquiera. Ninguna de mis extremidades sirve para nada, se doblan unas sobre otras, sudan. Sobre la cama sólo conservaría el tronco y el cerebro, para pensar en ti.