[007]

26.05.2004

[008]

Lluvia, 2004

[009]

Escala de grises

[010]

Boston, 2005

[011]

Ema 1

[012]

Inutile, inutile

[013]

Para Caidistas 1

[014]

Ema 2

[015]

Para Caidistas 4

[016]

Para Caidistas 5

[017]

Ema 3

[018]

Para Caidistas 7

[019]

Ema 4

Ema, aquella única noche me mostraste el puente de Brooklin en
una fotografía, los baldosines de uno de los apartamentos eran
blancos y las chicas proyectaban en ellos sombras chinescas,
todo tan lejos de la realidad que Stromboli lo bautizó como un
cine terrestre. Una de las dos gemelas -las mismas que estaban a
tu lado junto a la puerta- le dijo a la otra ábrete, escucha, y un
cuerno, respondió su hermana, no te pongas melodramática
quieres; algunos muchachos salieron de una nube de humo y
organizaron una colecta para comprar más ponche, uno lió un
porro y lo pasó, tú y yo sonreímos un instante en la cocina
porque Stromboli se acercó lentamente y todos se movían muy
deprisa. Llegó donde estábamos y dijo que ojalá el agua de esos
grifos saliera con valium, dijo también haber conocido a una
chica impresionante, que esa chica le había atropellado,
físicamente, preguntaste, trascendentalmente respondió él. Tu
mirada revelaba que quizá hubieras querido ser aquella chica,
Ema, pero no te despegaste de mi lado.