[007]

Steve Jobs

[008]

Ron Arad

[009]

Blek Le Rat

[010]

Chris Bangle

[011]

David Copperfield

[012]

Samuel Beckett

[013]

Karim Rashid

[014]

Lille 2004

[015]

Jenson Button

[016]

Ernst Junger

[017]

Rineke Dijkstra

[018]

Kao San Road

[019]

Marc Newson

Antes de que el fenómeno graffiti invadiese nuestras
ciudades, Blek Le Rat ya existía. Antes de que las patrullas
nocturnas persiguiesen a golpe de linterna a los artistas
urbanos, antes de que los condenasen, los desmoralizasen, e
incluso antes de que este ejército apuntara con bocas de
pintura el muro inagotable, Blek Le Rat ya preparaba su
plan maestro. Como un flautista de Hamelin posmoderno, la
década de los ochenta le sirvió, a golpe de pochoir, para 
levantar una turba de jóvenes ratas que como él, deseaban
gritar que existían, que soñaban, que tenían miedo. Y todo
ello contra la pared. Blek Le Rat fue y sigue siendo hoy,
treinta años más tarde, fuente de inspiración para artistas
del mundo entero, desde JayBadbc hasta Oseas Duarte,
Shepard Fairey o el archiconocido Bansky. Genios cuyos
trabajos son, muy a menudo, auténticos homenajes a la
iconografía del 'maestro Le Rat'. 

En 1981 intentó usted invadir París con sus imágenes de
ratas. ¿Por qué?
La rata es el único animal libre de la ciudad, y los subterráneos
de París están habitados por millones de ellas. Es un animal que
infunde miedo, ya que trajo la peste en la Edad Media y la
extendió... A través de mis ratas, yo quería anunciarle a la gente
que el graffiti iba a proliferar en el mundo igual que la peste. 

¿Cuándo trabaja?
Con la oscuridad, de once de la noche a tres de la mañana. En
lugares como Nueva York todo mi trabajo es legal, a lo mejor
me estoy volviendo paranoico. En París sigo haciendo trabajo
ilegal, porque conozco muy bien la ciudad.

¿Qué relación tiene con los personajes que crea?
Son todos proyecciones de mí mismo. He llegado incluso a
decir que soy su director general, y que ellos salen cada mañana
a trabajar para mí. Algunos han sido mis maestros, mis padres
espirituales, como Joseph Beuys, Tom Waits, Andy Warhol...
Otros forman parte de protestas sociales o tienen fines estéticos.

Háblenos del proyecto sobre Florence Aubenas, esa
periodista secuestrada en Irak y que usted homenajeó con
sus carteles.
Había sido secuestrada y yo consideraba que no se hablaba
demasiado sobre ella en los medios de comunicación. Pensé que
había que hacer algo, así que intenté motivar a la gente para que
Florence Aubenas no cayese en el olvido. Durante meses me
dediqué a pegar su imagen en las paredes aledañas a los medios
de comunicación para motivar a los periodistas. Uno o dos
meses más tarde ellos se interesaron por mí y mostraron mi obra
sobre ella... y esos cientos de miles de personas que la veían
diariamente se convirtieron en millones. Meses más tarde,
cuando Florence Aubenas fue liberada, iba caminando por París
y de golpe en una pared vio algo familiar. Se acercó, miró de
frente, y allí estaba su imagen devolviéndole la mirada.

(Joyce. Diciembre 2010)